La biomasa en sí no es aprovechable cuando hablamos del punto de vista energético. Para poder convertir la biomasa en energía aprovechable debemos transformandola en energía. Para ello se utilizan diversos métodos. Métodos que, a su vez, se pueden dividir en dos grupos: métodos termoquímicos y métodos bioquímicos.
- Combustión:
La biomasa se quema para obtener energía, normalmente en pequeñas calderas. Su eficiencia es limitada en comparación con otros procesos.
- Pirólisis:
Se aplica energía en un entorno sin oxígeno, lo cual genera biocarbón, distintos aceites y gases. Estos últimos no permiten la combustión.
- Procesos bioquímicos:
A través de un procedimiento de microbiología se obtiene el biogás, que contiene dióxido de carbono y metano. También se produce en entornos sin oxígeno.
- Gasificación:
Convierte los distintos tipos de carbón en gas sintético, en ausencia de oxígeno, reduciendo los niveles de hidrógeno y metanol.