La etiqueta energética es un distintivo que comenzó a utilizarse hace más de 25 años (en el año 1995) mediante el cual se agrupan los electrodomésticos en función de su grado de eficiencia energética. Es decir, es una clasificación que permite al consumidor conocer qué aparatos consumen más o menos energía.
En el caso de los sistemas de climatización, la norma de etiquetado energético tiene como objetivo proporcionar información sencilla al consumidor sobre la eficiencia de los productos de calefacción que desea adquirir.
Por ejemplo, en el caso de la aerotermia (una de las energias renovables más eficientes en la actualidad ), hay dos clasificaciones distintas: una para el servicio de calefacción y otra para la
producción de agua caliente. En los productos que ofrecen ambos servicios las
etiquetas deben indicar las dos clasificaciones.