En la actualidad, la etiqueta energética se rige por un Reglamento que establece normas claras y detalladas para evitar discrepancias en su implementación por parte de los Estados Miembros. Sin embargo, cada Estado Miembro debe verificar que el Reglamento no entre en conflicto con su legislación vigente.
En este nuevo sistema, desaparecen las clases A+, A++, A+++, etc., y se vuelve a utilizar una escala de siete valores, representados por las letras de la A a la G. La clase A permanecerá "vacía" durante un período de 10 años, para permitir una futura reescalada de productos sin la necesidad de revisar urgentemente todos los reglamentos.
Es importante mencionar que los equipos de transporte, como los vehículos de transporte de personas o mercancías, y los sistemas de transporte con motores no desplazados, como ascensores, escaleras mecánicas o cintas transportadoras, quedan excluidos del ámbito de aplicación de este sistema de etiquetado, ya que pertenecen a otro ámbito de legislación de la Unión.
Además, la etiqueta energética para vehículos desaparece por completo. Por último, los productos de segunda mano, a excepción de aquellos importados de países externos a la Unión, no estarán incluidos en la nueva etiqueta energética.