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QUE ES:

EL COLCHÓN

DOLOR DE ESPALDA AL DORMIR

Sufres de dolor de espalda por dormir mal. Elegir tu colchón para evitar y aliviar dolores de espalda.

Cerca del 50% de la población experimenta problemas de sueño. En algunos casos, las causas son de índole emocional, pero en muchos otros casos se deben a dolores de espalda. Los dolores en la región dorsal de la espalda afectan aproximadamente al 80% de las personas al menos una vez en su vida, y tienen un impacto significativo en la calidad del sueño.

Un descanso reparador es una de las actividades fundamentales para disfrutar de una mejor calidad de vida, mantener un estado de ánimo positivo y establecer una rutina productiva.

Antes de elegir un colchón, lo cual implica una inversión considerable tanto en términos económicos como en la calidad del sueño, debemos tener en cuenta, además del aspecto estético, los siguientes puntos:

La firmeza del colchón

Es importante entender que la firmeza y el soporte no son lo mismo. La firmeza se refiere al grado de dureza de un colchón.

La firmeza se determina por su densidad, medida en kg/m³. Para asegurar un nivel mínimo de comodidad, se recomienda no bajar nunca de 25 kg/m³, aunque lo ideal sigue siendo alrededor de 70 kg/m³.

Al elegir la firmeza adecuada, se deben considerar factores como la altura, el peso y la estructura corporal.

Un colchón demasiado firme puede causar dolor en los hombros y las caderas, mientras que uno demasiado blando puede curvar la columna vertebral y ocasionar dolores significativos en la zona dorsal de la espalda.

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COLCHONES

Si tiendes a dormir de lado y te mantienes bastante inmóvil durante el sueño, lo ideal es optar por un colchón con una firmeza entre 3 y 6. Por otro lado, si duermes boca abajo, se recomienda un colchón de firmeza media entre 5 y 7 para brindar un buen soporte a la zona lumbar. Por último, si duermes boca arriba, se sugiere elegir un colchón con una firmeza entre 4 y 8. Sin embargo, esto puede variar según el material del colchón y tus preferencias personales.

La elección se vuelve más compleja para las personas que cambian de posición con frecuencia durante el sueño. En este caso, lo mejor es encontrar un colchón con una firmeza equilibrada que se adapte a diferentes posiciones.

Las medidas del colchón

Otro factor crucial al elegir un colchón es su tamaño.

Al seleccionar un colchón, es importante considerar las dimensiones mínimas adecuadas. Si duermes solo, el ancho mínimo recomendado es de 90 cm, mientras que si compartes la cama, se recomienda un ancho de 150 cm o más. Si las dimensiones son inferiores a estas, es probable que experimentes dificultades para dormir cómodamente. Durante una noche de sueño, podemos cambiar de posición hasta 60 veces, y si no tenemos suficiente espacio, nos resultará difícil encontrar una postura cómoda.

Si el espacio de tu habitación lo permite, lo cual es especialmente relevante en la actualidad, es recomendable elegir el tamaño de cama más amplio posible.

El espesor del colchón

En promedio, los colchones de látex y espuma tienen un grosor medio de entre 15 y 20 centímetros, mientras que los colchones de muelles tienden a tener un grosor de 20 a 25 centímetros.

Este es otro factor a tener en cuenta. El confort y el soporte del colchón también están relacionados con su grosor, aunque esto también depende de la calidad del colchón. Existen colchones con menor grosor que ofrecen mayor comodidad que otros con mayor grosor. Sin embargo, como norma general, es recomendable optar por un mayor grosor.

Camas y el colchones diseñados especialmente para el dolor de espalda

Existen camas especialmente diseñadas para personas que sufren de dolores de espalda, conocidas como camas articuladas. Estas camas cuentan con un somier articulado eléctrico o manual que ofrece múltiples opciones de inclinación, lo que ayuda a prevenir y mejorar problemas de espalda, como el dolor lumbar y la tensión en hombros y cuello. Además, estas camas también brindan beneficios en casos de dolores causados por condiciones como la artritis, el reflujo gástrico, el asma, la hinchazón en las extremidades inferiores, problemas cardíacos y la falta de movilidad en las articulaciones.

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